#24meses24familias Un año después del embarazo…

¡¡¡El 2019 ya está aquí!!! Y con él llega una nueva versión del #12meses12madres. Para mí ha sido un lujazo poder compartir los textos de 12 mujeres increíbles. No me cansaré de darles las GRACIAS a cada una de ellas por haberse animado a compartir con el mundo sus sentires y vivencias. Este nuevo año viene cargado de novedades, entre ellas el título, pasamos del 12 al 24, porque lo vivido sigue ahí y lo que hacemos es continuar con más experiencias sobre esta aventura de ser familia. 🙂

Hoy os traigo las palabras de Iratxe, una amatxu que conocí en Kaboo cuando estaba embarazada. Nos conocimos hace más de un año y a día de hoy para mi sigue siendo la leche que cuando nos cruzamos ambas sonríamos al vernos la una a la otra. De lo poquito que la conozco puedo decir que es una de esas mujeres mágicas que me encantan. Sabe lo que quiere y lucha por ello. Su cara cuando mira a su txiki lo dice todo, oxitocina a mares. 🙂 Ver a Iratxe empoderada y en busca de información durante el embarazo y enamorada de su cría en el postparto, ha sido una de las cosas que me hacen seguir creyendo en este proyecto y recordar que otro mundo es posible. Otra manera de nacer, de amamantar y de criar es posible. Y sobretodo disfrutar de la maternidad es posible, ella es un ejemplo de ello. MILA ESKER por tu sonrisa Iratxe. Os dejo con sus palabras.

Cuando Eneritz me propuso participar en su proyecto de 12 meses 12 amatxus no me lo pensé dos veces, lo que no sabía era que iba a ser tan difícil encontrar un hueco para escribir con un terremotillo de un año rondando por casa!. Aprovecho que lo tengo dormidito justo al lado (bendito colecho…) para escribir estas líneas y de paso preguntarme, ¿qué hacía yo con todo el tiempo libre que tenía antes de ser amatxu?. pero esa es otra cuestión…

Bueno, por fin termina Diciembre y con él mi época del año más odiada hasta ahora, las «benditas» Navidades y sí ,digo bien hasta ahora porque este año las he vivido con los ojos de un niño que está empezando a descubrir el mundo y ha sido como volver un poco a la infancia. En casa hemos puesto hasta árbol de navidad!!, con lo anti adornos que yo era… Ioritz y la gata se lo han pasado en grande con las bolas y el pobre arbolito ha aguantado estoicamente todas las fiestas jejeje.

Que distinto todo del anterior diciembre que andaba ya nerviosa pensando que en cualquier momento tendríamos al peque con nosotros!. Fue un embarazo muy deseado y sin complicaciones así que pude disfrutarlo de principio a fin. La verdad es que conecté con una parte de mí que hasta entonces no conocía, sentir cómo crece una vida dentro de ti es algo que no se puede explicar con palabras, ver como Ioritz crecía sano dentro de mi es lo más alucinante que he vivido nunca, notar sus patadas… Yo con mi barriga me sentía diosa! y pensaba que cuando no la tuviera la iba a echar de menos, en parte porque cuando el enano naciera lo iba a tener que compartir con el mundo (cosa que no me apetecía lo más mínimo…) y hasta entonces lo estaba disfrutando sólo yo. Si alguna embarazada lee esto seguro que me entiende y si es amatxu reciente todavía más…

Los últimos meses llegaron los nervios, el querer ternerlo todo preparado, las dudas sobre si sabría reconocer las señales del parto, si conseguiría el parto natural que deseaba… Supongo que las mismas que nos surgen a todas en ese momento pero ningún miedo, tenía claro que era algo que tenía muchas ganas de vivir, sentía mucha curiosidad sobre cómo reaccionaría mi cuerpo y yo misma. Creo que preparé bien mi cuerpo haciendo yoga y aipap pero sobre todo intentaba tener la mente clara y no obsesionarme con el dolor del parto, cuando llegara  el momento ya se vería. Para mi, conocer a Eneritz fue un regalo y gracias a ella empecé a formar una idea clara de cómo quería que fuese el momento de tener a mi txiki en brazos por primera vez.

Ya os he dicho que odiaba las navidades así que Ioritz me hizo un favor y me puse de parto el día de Nochevieja por la mañana (rompí aguas en plena calle) y nos pilló totalmente de sorpresa ya que se adelantó dos semanas. No tenía nada preparado pero, tal y como habíamos planeado, nos lo tomamos con calma, fuimos a ver a la familia, me di una ducha tranquilamente, cogimos lo necesario y al hospital!. Ingresamos a las 16:30 y a las 3:30 de la madrugada, nuestro pequeño estaba con nosotros. Fue un parto maravilloso, totalmente respetado, íntimo, para mi perfecto… y el momento de poder coger yo misma a mi pequeño saliendo de mi y ponerlo encima de mi pecho por primera vez fue mágico, ese piel con piel no tiene precio, todavía me emociono al recordarlo. Todos los dolores que podía haber sentido desaparecieron por arte de magia, ya sólo podía centrarme en esa cosita que descansaba sobre mi. Sólo tengo palabras de agradecimiento para la matrona que lo hizo posible.

Si tuviera que dar un consejo a alguna futura amatxu es, sobre todo, que no tenga miedo pero que se informe, que la información es un arma muy poderosa y, ante todo, que se empodere y que grabe en su mente que no hay nada más poderoso que una mujer dando vida. Que nosotras podemos y que no permita que nadie estropee su momento.

Ha sido un año muy intenso que no cambio por nada. Algunas veces se hacen duras las noches sin dormir y la lactancia puede resultar agotadora a la par que maravillosa pero ver como Ioritz crece feliz compensa todos esos momentos menos buenos. Esa sonrisa que me despierta cada mañana, esos bracitos pidiéndome que le coja en brazos, los primeros pasos, esas carcajadas o ver esos ojitos curiosos descubrirlo todo hacen que ser amatxu sea flipante. Y para esos momentos en los que el cansancio va haciendo mella hago mía una canción que un día me dijo Eneritz y me concentro en pensar que todo pasará y en RESPIRAR.

 

 

 

 

iratxe

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s