«Y así como todo cambia que yo cambie no es extraño…» decía Mercedes Sosa en su canción TODO CAMBIA. Llevo varios días con esta canción en mi cabeza… Dicen que no te das cuenta de lo deprisa que pasa la vida hasta que tienes un/a hije. Yo no se si esto es algo que le ocurra a todo el mundo, pero en mi caso estos tres últimos años se me han pasado volando (y al mismo tiempo de manera muy lenta…jajaja, toma contradicción, sin embargo así lo siento…).
Recuerdo cuando era adolescente que escribía siempre aquello de «no cambies nunca» en cartas, textos, dedicatorias… Con el tiempo he ido dándome cuenta que esto es imposible… ¿no cambiar nunca? ¡¡¡Si somos seres en constante evolución!!!
Cada vez tengo más claro que los cambios en si mismos no son ni buenos ni malos, simplemente son, lo complicado, emocionante (llámalo x), es lo que viene con ese cambio, ese periodo de adaptación a la nueva situación. Ahora mismo pienso en ciertos cambios y me tiemblan hasta las piernas (literal). Nadie dijo que salir de la «zona de confort» fuese sencillo. Pongo lo de confort entre comillas porque muchas veces nos movemos entre mierda, pero como es una mierda conocida estamos agusto en ella. Ya dicen que más vale malo conocido que bueno por conocer… En fin, que no me gusta nada esta frase, ni las mil limitaciones que nos ponemos a diario, todas esas cadenas sin sentido por no defraudar a otra persona, por quedar bien, por «el qué dirán»…
Como dice el gran Ismael Serrano, CAMBIEMOS EL MUNDO AMIGO, QUE TU YA HAS CAMBIADO EL MIO. Todas las personas llegan a nuestra vida por algo, cada día creo más en que las casualidades no existen, todo son causalidades… Por ello aprovechemos esos encuentros, esas relaciones, esas quedadas, charlas, esas noches de paseo por el pasillo con tu bebé en brazos… Porque cada minuto en nuestra vida tiene un significado, por muy duro y dificil que se nos haga.
Seamos como esa oruga que con el tiempo termina convirtiéndose en una hermosa mariposa. ¡SIGAMOS CAMINANDO!:)